El cielo está en calma, la tarde serena,
y el sol declinando;
y al valle tranquilo dirigen su vuelo
las aves de paso.

Se ignoran sus nombres, que vienen de lejos,
de climas extraños,
y todos las miran, mas nadie conoce
las aves de paso,

las blancas palomas, que siempre tranquilas
el valle habitaron,
reciben alegres, con tiernos arrullos,
las aves de paso.

Que al fin ellas vienen de incógnitos valles
y es dulce su canto;
tal vez es por raras, que halagan, seducen,
las aves de paso.

Y aunque hay en el valle rendidos amantes
de cuello nevado,
prefieren las blancas palomas sencillas,
las aves de paso.

Mas ¡ay!, que saciadas al fin de caricias,
de nidos y granos,
de nuevo levantan su rápido vuelo
las aves de paso.

Y al verse burladas las pobres palomas,
exclaman cantando:
malhaya la incauta que alberga en su nido
las aves de paso.

Las aves de paso José Gautier Benítez (poeta romántico puertorriqueño)


Dos de los elefantes que entraron al viñedo en Wuhan y terminaron ebrios.
© 2020 Planetavivo
Ciervos por las calles de Tokio.
© 2020 Planetavivo
Pavos reales por las calles de Madrid.
© 2020 Planetavivo

A causa de la cuarentena provocada por el coronavirus es cada vez mayor el avistamiento de animales salvajes en las ciudades.

La Verdad Noticias

Esta manada de elefantes cruza la carretera en Tailandia durante la pandemia por Covid-19


Los humanos no somos una plaga, pero nos comportamos como una plaga. Nuestra civilización es autodestructiva, como las plagas. Y debemos entender que los humanos padecemos sobrepoblación. Nos cuesta hablar de ello, y los movimientos de izquierda y ecologistas lo consideran un tema resbaladizo. Pero sólo un 4% de los mamíferos que hay sobre la tierra son salvajes, el resto son humanos y ganadería. Y deberíamos hacer algo y abandonar el narcisismo con que nos comportamos porque si no, la biosfera activará sus mecanismos de control de plagas y trabajará para reducir nuestra población. Y esto puede ocurrir en pocas décadas, porque el cambio climático y la extinción de las especies van a un ritmo vertiginoso. Jorge Riechmann, filósofo madrileño, ha dicho que «creemos que vamos en la nave de Star Trek pero vamos en el Titanic«.

MARTA TAFALLA

Los humanos en cuarentena y los animales en las calles en plena pandemia de coronavirus

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Este venado en la playa aledaña al Parque Nacional Manuel Antonio. Costa Rica
Semanario Universidad.

La presencia de animales silvestres indica que hay una buena salud en el ecosistema pero deberíamos aprender de esta pandemia y afrontar la grave crisis ecológica que padecemos junto con la extinción masiva de especies. Empecemos por cerrar los «zoo-ilógicos» , y reintroducir los animales en su hábitat natural o en santuarios/reserva animal-forestal, lejos del humano depredador. Cerrar, asimismo, las reservas «africanas» en Europa y parques temáticos de animales y, que los humanos entendamos que esos lugares no son un lugar de entretenimiento, ni los seres que languidecen en ellos un objeto de exposición.

La naturaleza reclama su espacio en el planeta
Foto: ISTOCK

Steve Cutts