Este deplorable eufemismo es desgraciadamente una actividad lúdica cada vez más extendida en nuestro país. Quizás a causa del aumento de la sensibilización hacia el maltrato animal, esta práctica contribuye a la tranquilidad de espíritu de los que optan por este “pasatiempo”.
Los niños a los que se les inculca esta actividad se vuelven insensibles a los sentimientos de compasión, dolor y sufrimiento y puede verse comprometido su desarrollo emocional. Joaquín Phoenix narra una dolorosa experiencia de pesca de la que fue testigo cuando tenía tres años y que le marcó profundamente al ver a un ser luchando por su vida e intentar respirar desesperadamente.
Los peces, después de haber sido capturados y fuera de su medio acuático, con la consiguiente agonía al no poder respirar, son arrojados de nuevo al agua, pero llevan la herida del anzuelo y muchos no sobreviven y si lo hacen quedan con un grado de invalidez que puede ser permanente, lo que les matará igualmente.
La gente quiere recuperar el anzuelo y para hacerlo meten los dedos o incluso un par de alicates en la garganta de los peces. Con esta salvajada, al extraer el anzuelo, se les extirpa parte de la garganta y otros órganos, causándoles una muerte atroz.
Cuando el pez es extraído del agua su capa externa queda dañada y si vuelve a su medio queda muy debilitado ya que sus escamas le protegen contra bacterias, hongos y parásitos.
Una vez capturados y fuera del agua:
1. Los peces sufren un choque térmico, que en muchos casos, les produce la muerte.
2. Descompresión de la vejiga natatoria.
Los peces que son sacados rápidamente desde aguas profundas a la superficie muestran daños internos producidos por la distensión de la vejiga natatoria que ha sido sometida a fuertes variaciones de presión.
Algunos efectos de la descompresión son vejiga natatoria inflada en exceso o rota, incapacidad del pez para sumergirse de nuevo, ojos protuberantes o fuera de las órbitas, embolia, profusión de órganos internos que salen por la boca, hemorragias internas y externas, y muerte.
2 septiembre 2020 a las 12:21
No creo que la pesca sin muerte sea debido a la sensibilización hacia el maltrato animal. Esta «diversión»/perversión, especialmente para los niños, se practica por la banalidad que impera en la sociedad. Unos padres que no reflexionan en los valores que transmiten a sus hijos.
2 septiembre 2020 a las 12:44
«Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana» Albert Einstein
Es ésta la que lleva a practicar este horrible deporte. En su estupidez hay personas que creen que con esta práctica respetan la vida.
3 septiembre 2020 a las 00:12
… y sólo estoy seguro de la segunda»
parece ser que dijo como colofón. Y en este caso, lo habría refrendado, ya que también afirmó:
«Si un hombre aspira a una vida correcta, su primer acto de abstinencia es no herir a los animales« Albert Einstein
13 septiembre 2020 a las 15:56
¿Quién le ha robado a la luna ese trozo que le falta? Se lo han robado los peces para vestirse de plata.
14 enero 2023 a las 09:26
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