España, de los pocos países europeos que todavía admite animales en los circos
Más del 50% de los estados de la Unión Europea han prohibido los números basados en espectáculos con animales:
Austria, Bélgica, Bosnia Herzegovina, Bulgaria, República Checa, Chipre, Croacia, Dinamarca, Escocia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Macedonia, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia
También Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, India, Irán, Israel, México, Panamá, Paraguay, Perú, Singapur o Taiwan.
Asimismo, existen prohibiciones en países como Australia, Brasil, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos,
Aunque España no está en este club, el país camina hacia el rechazo. Un 80% de la población española vive ya en territorio libre de circos con animales salvajes.
Municipios libres de circos con animales salvajes en España
La imagen de un animal salvaje obedeciendo las órdenes de un humano es un espectáculo cada vez menos comprendido y apreciado. Sin embargo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte patrocina a Gottani, un circo con animales que incluso ha sido denunciado tras propinar una brutal paliza a una tigresa que se defendió de su domador.
¿Qué mensaje creemos que reciben los niños viendo a sus animales favoritos realizar números ridículos, humillantes y peligrosos? El sometimiento de seres vulnerables usando el miedo y la violencia está en la base de muchos de nuestros problemas como sociedad. El progreso moral sólo se demuestra desde el respeto, la compasión y la empatía.
fuente: El caballo de Nietzsche (espacio diario.es para los derechos animales)
Detrás de cada número circense con leones, tigres, osos o perros hay centenares de horas de castigo hasta conseguir que un animal realice una determinada pirueta.
Golpes, cadenas, látigos o descargas eléctricas. Sólo mediante una extrema violencia, física y psíquica, se consiguen los execrables movimientos y ejercicios que se mostrarán a un público irresponsable. Un elefante haciendo el pino, un tigre saltando por un aro de fuego o un oso polar en un taburete son la viva imagen del abuso y el maltrato.
El vídeo filtrado por un empleado en un campo de entrenamiento de elefantes del circo Ringling dieron la vuelta al mundo. Según los responsables, se trata de un método habitual y el bienestar de los animales siempre está garantizado. Estamos hablando de animales de un año, lo que equivaldría aproximadamente a la misma edad en un ser humano. Es importante que permanezcan confinados y solos, asustados e indefensos, antes de empezar el entrenamiento en sí, que consistirá en atar al animal, golpearlo, aplicarle descargas eléctricas, estirarle los miembros y obligarle a realizar posturas que le causan dolor y miedo. El bebé se resiste, llora y grita desesperado. En muchas de las fotografías, los entrenadores ríen.
No a los circos con animales
Fomentan el tráfico, el abuso y el maltrato
Espesa bestia pura, San Elefante
animal santo del bosque sempiterno, todo materia fuertefina y equilibrada, […]
Oda al elefante – PABLO NERUDA
marfil compacto, satinado, sereno como la carne de la luna,
ojos mínimos para mirar, no para ser mirados,
y trompa tocadora, […]
pasa tranquilo y bamboleante con su vieja envoltura,
con su ropaje de árbol arrugado,
su pantalón caído y su colita.
No nos equivoquemos.
La dulce y grande bestia de la selva no es el clown,
sino el padre, el padre en la luz verde,
es el antiguo y puro progenitor terrestre. […]
Fue casi vegetal, oscura torre del firmamento verde,
y de hojas dulces, miel y agua de roca se alimentó su estirpe.
Iba pues por la selva el elefante con su paz profunda. […]
enorme, y triste y tierno
hasta que lo encontraron y lo hicieron bestia de circo envuelta por el olor humano,
sin aire para su intranquila trompa,
sin tierra para sus terrestres patas.
Lo vi entrar aquel día, y lo recuerdo como a un moribundo, […]
Los tambores, el fuego habían desviado su ruta de rocío, y allí fue rodeado.
Entre el aullido y el silencio entró
como un inmenso rey. No comprendía.
Su reino era una cárcel, sin embargo
era el sol como siempre, palpitaba
la luz libre, seguía verde el mundo,
con lentitud tocó la empalizada, […]
pero, a mí me miró con sus ojos secretos
y aún me duelen los ojos de aquel encarcelado,
de aquel inmenso rey preso en su selva.
Por eso hoy rememoro tu mirada,
elefante perdido […]
y en tu honor, bestia pura,
levanto los collares de mi oda
para que te pasees por el mundo
con mi infiel poesía que entonces no podía defenderte,
pero que ahora junta en el recuerdo
la empalizada en donde aprisionaron
el honor animal de tu estatura
y aquellos dulces ojos de elefante
que allí perdieron todo lo que habían amado.
Cautividad, malos tratos y vulneración de derechos
Un estudio de la Real Sociedad Protectora de Animales (RSPCA) revelaba que en más de un 40% de los casos analizados los grandes felinos se resistían a salir a la pista, por lo que, para que la actuación pueda llegar a término se les obliga mediante latigazos y golpes.
Más allá de los casos concretos de maltrato, el uso de animales en los circos se opone a los valores más básicos de respeto hacia la vida y la libertad de los demás, sea cual sea su especie. Hayan nacido en el propio circo o en la naturaleza, y ya sean considerados domésticos o salvajes, los animales en los circos son seres privados de libertad que pasan su vida atrapados en espacios mucho menores de lo que sus necesidades dictan.
Su movilidad es reducida y sus comportamientos naturales son frustrados, lo cual les genera serios problemas por estrés, enfermedades y muertes prematuras. Son sometidos a programas de reproducción que en ningún caso ayudan a la conservación de su especie y menos a la dignidad de los individuos. Los cruces entre leones y tigresas, por ejemplo, ponen en juego la vida de la madre y obligan a vivir a enormes híbridos condenados a dolores óseos.
Blog de Red Jurídica
17 julio 2020 a las 11:21
Hasta hace poco tiempo, en el museo de Banyoles (Girona), tenían expuesto un «negro» disecado.
17 julio 2020 a las 18:20
Jeremy Bentham escribió en el siglo XVIII, cuando aún se trataba a los esclavos como tratamos hoy a los animales:
«…… la negrura de la piel no es razón para abandonar sin remedio a un ser humano al capricho de quien le atormenta. Puede que llegue un día en que el número de piernas, la vellosidad de la piel o la terminación del os sacrum sean razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino. ¿Qué otra cosa es la que podría trazar la línea infranqueable? ¿Es la facultad de la razón, o acaso la facultad del discurso?»
La esclavitud animal es tan antigua e injusta como la esclavitud humana. Esta última, al menos sobre el papel, que no en la práctica, es ilegal. La esclavitud animal es legal en todas las naciones del mundo.