21 razones para una dieta libre de lácteos

La industria láctea promociona sus productos como fuente principal de calcio.

El calcio que proviene de los lácteos no se absorbe tan bien como el derivado de las plantas, y consumirlos puede ocasionar varios problemas de salud peligrosos.

1. Huesos rotos. En un estudio médico sueco, las mujeres que consumieron a diario grandes cantidades de leche tuvieron más probabilidades de sufrir fracturas que aquellas que bebieron poca o nada de leche.

2. Cáncer de próstata. Existe evidencia de que el consumo de leche y otros productos lácteos conducen a un aumento en el riesgo de contraer cáncer de próstata, y se prescriben dietas sin lácteos para retardar el progreso del cáncer de próstata.

Fuente: PETA

3. Cáncer de ovarios. Un estudio sueco reveló que las mujeres que consumieron cada día cuatro o más porciones de productos lácteos presentaron dos veces más probabilidades de desarrollar cáncer de ovario, en comparación con aquellas que consumieron con la misma frecuencia dos porciones o menos de productos lácteos.

4. Intolerancia a la lactosa. El azúcar en la leche (lactosa) es muy difícil de digerir. A partir de los dos años de edad los intestinos elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa. Esta disminución en la producción de lactasa en los humanos sucede cuando ya no es necesaria la ingestión de leche materna para el crecimiento. Cuando consumimos productos lácteos, es muy probable que la lactosa fermente en los intestinos causando problemas digestivos como hinchazón y gases.

5. Acné. El consumo de leche es el causante del incremento y severidad del acné.

6. Una sola porción de leche puede contener 24 mg de colesterol.

7. Alergias a la leche. A diferencia de la intolerancia a la lactosa, las alergias a la leche, por lo general en niños pequeños, se caracterizan por reacciones fuertes y peligrosas, tales como vómito o anafilaxia.

8. La leche contiene cantidades anormales de antibióticos. El ordeño continuo y mecanizado infecta las ubres. Así que a las vacas les han de inyectar antibióticos continuamente.
Esta práctica está conduciendo a la resistencia de las bacterias frente a los antibióticos, lo que puede disminuir la efectividad de los antibióticos utilizados en humanos.

9. Grasa saturada. Una sola porción de leche entera puede contener más del 20 por ciento de la cantidad diaria recomendada (RDA por sus siglas en inglés) de grasa saturada, pero incluso la leche de 1 por ciento contiene 8 por ciento de la RDA. Si consumes tres porciones de leche entera, habrás cubierto el 60 por ciento de la recomendación diaria.

10. Aumento de peso. Al contrario de lo que la industria dice, un estudio en más de 12.000 niños mostró que cuanta más leche bebieron, más peso ganaron. El estudio también demostró que sustituir los refrescos por leche no llevó a la pérdida de peso.

11. Pérdida de masa ósea. En lugar de promover la salud ósea, la proteína animal en los productos lácteos puede tener un efecto de filtración del calcio. Puede aumentar la fractura de huesos. En un estudio de 78,000 mujeres durante un periodo de 12 años, la leche no redujo el riesgo de fracturas. De hecho, las mujeres que tomaban leche tres veces al día sufrieron más fracturas que las que rara vez lo hacían.

12. La leche reduce el hierro en los niños pequeños. En 1993, la Asociación Nacional de Pediatría de Estados Unidos ya advirtió que ningún niño debería beber leche animal antes de los 18 meses de edad y que aumentaba la carencia de ácidos grasos esenciales y Vitamina E.

13. La leche no siempre es un alimento estéril. Puede contener gran cantidad de microorganismos patógenos: bacterias, virus y parásitos. Se ha demostrado que los niños que no toman leche o productos lácteos de procedencia animal sufren menos caries o infecciones de oído. La pasteurización generalmente dura 15 segundos. Sin embargo, para que las bacterias de la leche se inactiven, es necesario que el proceso dure por lo menos 15 minutos.

14. La leche estimula al cuerpo a producir mucosidad.  Los médicos recomiendan no tomar leche al estar resfriado.

15. La caseína, presente en la leche, es una fosfoproteína, que se utiliza en la elaboración de pegamentos, pinturas y plásticos. En niños, sobre todo, puede producir inflamación de los tejidos blandos (garganta, cavidades nasales y senos paranasales) acarreando dificultades respiratorias. También se asocia a la enfermedad de Crohn (afección por la cual resultan inflamadas partes del tubo digestivo) y al asma. La caseína produce histamina y después moco. Si los bronquios se llenan de esta sustancia se producen dificultades al respirar.

16. La leche y el queso contienen dioxinas. Las dioxinas se transforman en el cuerpo y no se eliminan fácilmente, tendiendo a acumularse en las grasas y en el hígado. La exposición del ser humano a altas concentraciones de dioxinas puede causar alteraciones funcionales hepáticas. Asimismo, puede ocasionar alteraciones inmunitarias del sistema nervioso en desarrollo y del sistema endocrino. Según un informe de la Agencia del Medio Ambiente (EPA) de EE.UU. publicado en septiembre de 1994, las dioxinas producen cáncer en el ser humano. En 1999 la industria láctea en Bruselas tuvo que cerrar durante un mes debido a que la leche contenía 100 veces más de los niveles recomendados de dioxina.

Las dioxinas y sus efectos en la salud humana

17. La leche contiene pus. El Ministerio de Sanidad de Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estipulan que la leche es tóxica si contiene más de 200,000 células blancas muertas por mililitro. En 2001, se hizo un control de la leche en 48 estados para determinar si cumplían con las normas de la FDA. Todos sobrepasaron los límites permitidos.

18. La leche y productos derivados contienen cantidades excesivas de hormonas femeninas. El 80% de las vacas están embarazadas mientras siguen siendo ordeñadas, lo cual naturalmente eleva los niveles de estas hormonas. Además, los granjeros inyectan a las vacas hormonas sintéticas para incrementar la producción de leche. Estos altos niveles de hormonas femeninas en la cadena de alimentos han sido vinculados con problemas de salud y con una pubertad precoz.

19.  La leche contiene una perfecta combinación de minerales designados para ayudar a madurar al sistema digestivo de sus crías. Este sistema digestivo les permitirá digerir correctamente los nutrientes del pasto y hierbas. Las vacas cuentan con un estomago configurado por cuatro cámaras y regurgitan, mastican y tragan sus alimentos varias veces antes de digerirlos. Tienen un aparato digestivo muy diferente a los humanos y por lo tanto tienen diferentes necesidades. Cuando consumimos leche, estamos ingiriendo los nutrientes necesarios para otra especie, no para la nuestra, afectando nuestra digestión y la absorción de nuestros nutrientes. Cuando se sospecha de alguien que padece Síndrome de Intestino Permeable, se le recomienda una dieta libre de lácteos.

20. Los niños discapacitados que sufren de problemas neurológicos tales como Autismo, Síndrome de Down, problemas de aprendizaje y lesiones cerebrales son especialmente vulnerables a los lácteos. Ciertas proteínas presentes en la leche animal, como la caseína y la del suero de leche aparentemente irritan el sistema nervioso de los humanos, provocando que estos problemas neurológicos se agraven en los niños. Se ha establecido que los programas de rehabilitación producen mejores resultados sin la ingesta de productos lácteos.

21. La leche es un buen conductor de veneno. Un estudio que revisó casos de envenenamiento en Inglaterra y Gales entre 1992 y 1996, resolvió que muchos estaban asociados con el consumo de leche y sus derivados.

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Existen muchas alternativas agradables y saludables a la leche animal. Bebidas de soja, arroz, avena, almendras, coco. La lista es interminable. Para todos los gustos y paladares.

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Es falsa la creencia de que sólo los lácteos nos aportan las cantidades adecuadas de calcio.
Los alimentos ingeridos en una alimentación vegana aportan el calcio necesario para nuestro organismo.

Cantidades diarias de calcio recomendadas
Hasta los 6 meses: 200 mg.
De 7 a 12 meses: 260 mg.
De 1 a 3 años: 450 mg.
De 4 a 10 años: 800 mg.
De 11a 17 años: 1.150 mg.
Adultos 18-24 años: 1.000 mg.
Adultos mayores 25 años: 950 mg.

Las semillas de sésamo son una de las fuentes más abundantes de calcio. En 100 gramos hay 670 miligramos de calcio.

La canela en polvo, además de su carácter antioxidante gracias a su contenido en flavonoides, tener vitamina A, potasio, hierro y sodio, llega a tener 1.228 mg de calcio por cada 100 gramos.

Muchos frutos secos tienen una cantidad de calcio considerable.

Las almendras contienen 254 miligramos de calcio por cada 100 gramos.

La avellana, 192 miligramos por 100 gramos.  

Los pistachos, 180 miligramos de calcio por 100 gramos.

Alimento (100g)  Calcio (en mg)
Semillas de lino 255
Higos secos 200
  Canónigos192
  Garbanzos 140
  Perejil140
  Brócoli 138
  Olivas  82
  Endivias 80
  Judía verde 65
  Limones  58
  Mandarinas  49
  Espinacas  120

Las espinacas contienen vitamina A, vitamina C, vitamina E, vitamina K y vitaminas del grupo B (B6, B2 y B1) y ácido fólico (vitamina B9), además de ser una buena fuente de potasio, lo que propicia la disminución de la presión arterial, y magnesio, necesario para el mantenimiento de la función muscular y nerviosa y el metabolismo energético. Contribuyen además a cuidar la salud de los huesos y a reducir los riesgos de fracturas óseas gracias a su contenido en vitamina K, que mejora la absorción del calcio.

Delicioso capuchino con leche de avena
Mentiras y mitos sobre las dietas y la leche
José Gregorio González, periodista, investigador y divulgador, explica en LA ROSA DE LOS VIENTOS que la única forma para perder peso es “comer menos” y “hacer ejercicio”.
Ha escrito el artículo ’10 grandes mentiras alimentarias’. Por ejemplo, aquellas sobre la leche y los lácteos.  “Se ha fomentado el consumo de leche. Se produce mucha más leche de la que somos capaces de consumir”, sostiene.