En la sociedad occidental, escasamente en la oriental, se consumen productos derivados de las secreciones mamarias de hembras no humanas (principalmente vacas, pero también ovejas y cabras), que son procesados en forma de leche, queso, mantequilla, nata o yogur.
Mucha gente cree (gracias, entre otras cosas al bombardeo publicitario) que las vacas viven felices en los pastos con sus hijos, los “terneros” (llamados así por la ternura de su carne, por el valor que le damos los humanos a su cadáver) y que gustosamente nos “dan” su leche.
Pero en realidad, el consumo de lácteos es el mayor causante de maltrato continuo, de una vida miserable que implica un ciclo sin fin de inseminación artificial, embarazo, parto y ordeño.
Las vacas “lecheras” (adjetivo funesto y deplorable) son privadas de libertad, sin importar si sus cárceles (granjas) son más amplias (ganadería ecológica) o viven hacinadas sin apenas moverse (ganadería industrial).
Son inseminadas artificialmente (el ganadero introduce el semen por la vagina de la vaca).
Cuando paren se les arrebatan sus hijos, lo que ocasiona un terrible sufrimiento emocional a las madres y a sus crías. Muchos hemos oído mugir lastimeramente a las vacas durante días. Esto se lleva a cabo a los pocos minutos de nacer porque la leche, que en cualquier mamífero es para alimentar a sus crías, es extraída para consumo humano.
Si las crías son machos, se confinan en cajones en los que no pueden moverse, para que no fortalezcan la musculatura, alimentados con una dieta baja en hierro y así su carne será “tierna” y “blanca”.
Si son hembras, entran en el ciclo sistemático de partos y separaciones de sus crías y, como sus madres al acabar su vida lechera útil, son enviadas al matadero.
Mientras tanto, a las madres se les sigue ordeñando (insisto, leche destinada a su cría) hasta que desciende su producción de leche y vuelta a empezar.
A los 5 años, más o menos (las vacas pueden vivir hasta los 25 años), cuando dejan de ser productivas por dar poca leche, son enviadas al matadero para ser sacrificadas y vendidas como “carne”.
¿Qué pasaría si los anuncios de leche dijeran la verdad? Descúbrelo en 5 frases
Una granja lechera de México
foto Igualdad Animal
Un ternero en el suelo. Había nacido unas horas antes de que se tomara la foto y, si te fijas bien, puedes ver cómo llama a la vaca que está detrás de la valla. Es su madre. Los dos habían sido separados poco después de que ella diera a luz. La razón por la que encuentro esta foto tan impactante es porque se ve lo desvalido que está. Acababa de nacer y era su primera experiencia con el mundo. Es como si estuviera abandonado en una isla. Le oía llamarla, pero nunca volverían a estar juntos. Era desgarrador. Todo lo que quería era estar cerca de su madre y sentir el calor de su cuerpo junto a él.
Al igual que los humanos, las vacas sólo producen leche para su cría. Pero los humanos quieren esa leche. Así que se separa al ternero de su madre para arrebatarles la leche y embotellarla y venderla para consumo humano.
fuente Igualdad Animal
La vaca está triste,
Gloria Fuertes
muge lastimera,
ni duerme, ni bebe
ni pasta en la hierba.
La vaca está triste,
porque a su chotito
se lo han llevado
los carniceros
al mercado.
Está tan delgada,
la vaca de Elena,
que en vez de dar leche,
da pena.
4 mayo 2020 a las 18:33
Calcio, leche y salud ósea no son sinónimos
Esta relación en sentido afirmativo sólo la defienden los que trabajan en la industria láctea.
La relación entre ingesta de productos lácteos, que es elevada en la población adulta e infantil española, y la salud ósea, es hoy un tema muy cuestionado por los científicos.
En un estudio que siguió a 96.000 mujeres y hombres durante 22 años, realizado por el Dr. Feskanisch publicado en Jama Pediatrics, se concluyó que una mayor ingesta de leche durante la adolescencia no se relaciona con un menor riesgo de fractura de caderas consecuencia de la osteoporosis.
Si tomamos muchos lácteos, además de no beneficiar en nada nuestra salud, desplazamos el consumo de alimentos de origen vegetal -frutas, verduras, legumbres, frutos secos- que deben ser la base de una alimentación sana.
16 agosto 2020 a las 19:24
Reveladora la imagen que muestra la caricatura de Shadi Alashoush. El desprecio, la distancia, la ignorancia que muestra la madre dando un biberón de leche de vaca a su bebé.
17 agosto 2020 a las 13:50
El término empatía -ponerse en el lugar del otro- está de moda. Pero lo interesante del concepto es que conlleva un cambio de perspectiva, ver el mundo desde los ojos del otro. Esto trae consigo mucho sufrimiento, y las personas no desean sentirse desgraciadas.
Para evitar este sentimiento de angustia la gente evita experiencias donde se pueda poner en marcha el proceso de empatía. «¡AYYY! no me enseñes estas imágenes» o «no quiero ver vídeos de mataderos«.
Hay un término acuñado- evasión de la empatía para referirse a la «tendencia de las personas a evitar sentimientos de empatía para escapar de las consecuencias que estos sentimientos podrían tener en su propio comportamiento«.
Nick Cooney; Change of Heart: What Psychology Can Teach Us About Spreading Social Change
Cambio en el corazón: cómo puede enseñarnos la psicología a generar el cambio social (pág.46)