Los gansos y los patos son animales sensibles e inteligentes que siguen sorprendiendo a la ciencia con sus capacidades. Estudios recientes han concluido que durante la fase de impronta o proceso de aprendizaje que tiene lugar en los animales jóvenes, los polluelos reconocen a sus madres y los patitos bebés pueden tomar decisiones abstractas.
Estos descubrimientos han llevado a incluir a los patos en la reducida lista de especies capaces de aprender rápidamente los conceptos de ‘igual’ y ‘diferente’, en la que hasta ahora solo figuraban animales como los simios, los loros o los cuervos.
También son conocidas las complejas redes colaborativas que establecen estas aves entre sí, considerándose a los gansos y sus estrategias para la supervivencia en grupo uno de los mayores ejemplos de trabajo en equipo que encontramos en la naturaleza.
Por ejemplo, cuando un ganso enferma o sufre una herida por disparo, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo acompañan para apoyarlo y protegerlo, quedándose con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere.
A pesar de que en los años sesenta llegaron al mercado tejidos sintéticos, ligeros y calientes, todavía se crían gansos y patos para despojarles de su plumón y plumas .
Para satisfacer nuestro capricho de edredones o chaquetas de plumas estos animales estarán cautivos y hacinados en jaulas oscuras de por vida y privados naturalmente de desarrollar sus comportamientos naturales.
Los gansos son desplumados vivos “live plucking” cuatro o cinco veces en sus cortas vidas. Después del último desplume, se les mata.
A los ansarones (crías de gansos) se les alimenta para atrofiar sus hígados (la terrorífica industria del foie gras) o para fortalecer sus plumas (la insoportable industria del plumón).
A partir de la investigación realizada por la organización PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) en 2012 en granjas chinas y que sacó a la luz la crueldad del método de desplume de aves vivas, la industria de la pluma sufrió una importante pérdida de confianza.
Beauty Without Cruelty Charity BWC ha obtenido la evidencia del desplume en vivo de los gansos en granjas húngaras.
El vídeo muestra a los animales aterrorizados al ser izados boca abajo, y cómo se les arrancan las plumas del cuerpo. Los gansos, frenéticos, luchan por escaparse, retorciendo los músculos y a veces rompiéndose las patas.
Los trabajadores cobran por animal desplumado, la velocidad es esencial. Los trabajadores experimentados pueden arrancar hasta cien gramos de plumas y plumón en tres o cuatro minutos, eso sí, provocándoles heridas y desgarros en su sensible piel y suturadas sin anestesia.
Los animales gritan y se retuercen de dolor, por lo que en ocasiones los operarios incluso se sientan sobre el cuello de los animales para que no puedan escapar.
Las aves tienen en su piel receptores del dolor por lo que el proceso de desplume es, lógicamente, muy doloroso.
Los veterinarios, e incluso los criadores de gansos consideran esta práctica extremadamente cruel.
Para fabricar un único abrigo relleno de plumón o plumas se necesitan unas siete aves y un solo ganso produce tan solo 60 gramos de micro plumas y plumón.
¿Cuántos animales han de ser sometidos a este infame sufrimiento para producir el relleno de todo un edredón?
Debemos reflexionar sobre el papel de la responsabilidad individual de nuestros actos.
Despellejar, desplumar seres vivos totalmente conscientes provocándoles un dolor extremo es inhumano, innecesario y lo que es peor banal.
En edredones y plumones se esconde la terrible banalidad del mal.
Sentadita junto al río
Poetas Mujeres (poeta desconocida)
me propongo hablar del ganso,
pues la ciencia ha descubierto
cuál es el don de estos pájaros.
La gran uve en movimiento
de batir acompasado
que aumenta el poder del vuelo
de este equipo venturado;
y cuentan que los de atrás
vocean para animarlos
contra los vientos adversos.
¡Qué gran poder solidario!
Cuando uno de ellos enferma,
dos gansas se hacen a un lado,
salen de la formación
solo por acompañarlo
hasta que se recupere
o porque muera arropado,
y solo entonces su vuelo
podrán al fin reanudarlo.
De volar juntos se trata
a horizontes deseados,
ejemplo digno de elogio.
¡Ay, quién pudiera ser ganso!
13 noviembre 2020 a las 11:06
No hay ninguna necesidad de causar este sufrimiento.
Se fabrican fibras sintéticas estupendas para relleno, ligeras, calientes, etc.
Dejemos de torturar animales.
Ya es hora de cambiar la materia prima de las industrias, para eso se investiga tanto, para eso se avanza, para empezar de una vez a respetar y a considerar a los animales con los que compartimos el planeta, porque aunque a algunos les cueste tanto creerlo, ellos no nacieron y no existen para servirnos.
14 noviembre 2020 a las 13:05
Aquí aparece el concepto de Hannah Arendt «la banalidad del mal»
En su obra «Eichmann en Jerusalén» la autora presenta una manera de actuar que soslaya la responsabilidad de nuestros actos.
Hoy en día ya es muy difícil ignorar la crueldad que representa el que alguien por pura vanidad luzca un anorac, un edredón, almohadas o cualquier prenda confeccionada con el sufrimiento atroz de estos animales.
10 noviembre 2022 a las 23:11
Reflexión frente a un escaparate
Qué sentido tiene hoy en día comprar un edredón de plumas cuando la industrial textil, con los conocimientos de la química aplicada, crea productos más duraderos, más calientes y más limpios que las plumas.
El verdadero sentido del drama es llevar a tu cama el sufrimiento de millones de seres debido a la ignorancia, que inevitablemente, va unida a la crueldad.
1 abril 2023 a las 06:34
But wanna say that this really is quite helpful. Thanks for taking your time to write this.